Superproducción anglo-norteamericana de 117 minutos basada en un musical con formato de ópera creado por Stephen Sondheim que obtuvo un gran éxito sobre los escenarios en la década de 1970.

La crítica ensalzó la adaptación a la pantalla: tal parece que la sociedad anglosajona tuviera vetadas las opiniones negativas sobre cualquier obra catalogada como victoriana, como si agrediese a la madre de todas sus esencias. La ambientación victoriana de Sweeney se consideró magnífica, pero seguramente hubiera ganado emoción y humor de haber sido rodada como serie B en Algete. El punto álgido de la trama se alcanza en Pretty Women, cuando el barbero, Johnny Depp, paladea su venganza pasando la navaja por el cuello de su víctima, Alan Rickman, o el espectador.

La estética de la obra recuerda el esquematismo y tonalidades propias de los videojuegos, y la desnudez y mecanización de los escenarios provoca que tanto la sordidez como la ternura resulten exageradas y ampulosas. La sangre, muy barata. La trama, interminable.

En la parte musical los temas empastan con la cinematográfica por ser ambos reiterativos y cenagosos. Toda la obra sufre por la falta de equilibrio entre los holgados recursos técnicos y la endeblez del contenido e interpretaciones, especialmente de los secundarios. Únicamente la interpretación de Ed Sanders, en el papel del pequeño Toby, proporciona el placer del género musical. Este actor protagoniza el número Pirelli's Miracle Elixir, junto a Johnny Depp y Helena Bonham Carter.